viernes, 15 de febrero de 2013

Cahorros de Monachil (Granada).

El río Monachil nace a una altitud próxima a los 3.000 metros, en la cara noroeste del pico Veleta. Tiene un recorrido de tan sólo 26 kilómetros uniéndose al Genil junto a Granada.
Su curso medio, aguas abajo de la central de Diéchar, labra entre las calizas y dolomías del Cerro de los Poyos de Monachil (1.824 m.) y el Cerrajón (1.653 m.), uno de los cañones más bellos de Sierra Nevada. Sus paredes se constituyen en la principal escuela de escalada para los granadinos. Este desfiladero y sus despeñaderos reciben el nombre de los Cahorros de Monachil.

La excursión parte del ayuntamiento de Monachil, siguiendo la carretera asfaltada que lleva a El Purche. A unos 500 m. encontramos un desvío a derecha que desciende, en unos 700 m., hasta un merendero. Se puede llegar hasta aquí en coche, pero el camino es estrecho y apenas hay sitio para aparcar.

Desde el merendero seguimos junto a una acequia hasta un huerto de olivos. Si proseguimos por el camino de la acequia penetraremos en la zona baja de los Cahorros. Si subimos la colina llegaremos hasta la vieja era de los Renegrales, donde parte la senda alta que, en cornisa, nos introduce en el cañón. Si se realiza un recorrido de ida y vuelta es aconsejable ir por una vereda y regresar por la otra.
Ambas veredas coinciden en las proximidades de un puente colgante, que nos lleva a la orilla izquierda del Monachil en el inicio de una estrecha cerrada.

Duración del recorrido: 2,5-3 horas ida y vuelta sin paradas.

Texto de referencia: Excursiones por el Sur de España (Tomo I).
Juan Carlos García Gallego. Editorial Desnivel.

Cartografía: mapa Sierra Nevada-La Alpujarra. Escala 1:40.000. Editorial Alpina.

Las fotografías corresponden a cuatro salidas diferentes realizadas en primavera y en otoño, las mejores épocas para realizar este itinerario.

Fotografías de Antonio Vela.



 En otoño los alrededores de Monachil muestran un bello cromatismo.




Vista de los Cahorros desde la era de los Renegrales.









 Inicio de la vereda alta desde la era de los Renegrales.




 Vereda alta de los Cahorros.




 Vereda alta de los Cahorros.




 Vista desde la vereda alta de los Cahorros.




 Vereda alta de los Cahorros.




 Vereda alta de los Cahorros.




 Vista desde la vereda alta de los Cahorros.




 Vista desde la vereda alta de los Cahorros.



 Vista desde la vereda alta de los Cahorros.




 Vista desde la vereda alta de los Cahorros.




 Vista desde la vereda alta de los Cahorros.




 Vista desde la vereda alta de los Cahorros.



 Vista desde la vereda alta de los Cahorros.




 Vereda alta de los Cahorros.



 Vereda alta de los Cahorros.









  Vista de la vereda baja de los Cahorros.





 Vista de la vereda baja de los Cahorros.




  Vista de la vereda baja de los Cahorros.





 Puente de acceso a la vereda baja de los Cahorros.






 Puente colgante de los Cahorros. Pasamos a la orilla izquierda del río Monachil.




 Puente colgante de los Cahorros.




 Puente colgante de los Cahorros.










 Dirección a seguir. Nuestra ruta finaliza en la central de La Vega.




Una vez pasamos a la orilla izquierda del río Monachil por el puente colgante, proseguimos por la cerrada gracias a una conducción de agua encementada. Es habitual encontrar, especialmente los fines de semana, muchas personas practicando la escalada.
Sortearemos algunos resaltes de la roca gracias a agarraderas, agachándonos e, incluso, bajando en algunas ocasiones al cauce del río. Aunque no presenta grandes dificultades, este tramo puede resultar un problema para personas que no tengan una mínima preparación física.
Aproximadamente a mitad de la cerrada pasaremos por un túnel natural -la cueva de las Palomas- formado por el desprendimiento de grandes rocas que han quedado encajadas.




 Una conducción de agua encementada nos ayuda a proseguir por la cerrada.














 Nos acompaña el rumor de algunos saltos de agua que vierten en el Monachil.




 Bloques que forman la Cueva de las Palomas.




 Entrada a la Cueva de las Palomas.




 Cueva de las Palomas.





  Bloques que forman la Cueva de las Palomas.




  Salida de la Cueva de las Palomas.




Bellísima cerrada de los Cahorros.














 Vegetación adaptada a las paredes de la cerrada.




 Vegetación adaptada a las paredes de la cerrada.




 Vegetación adaptada a las paredes de la cerrada.




 Vegetación adaptada a las paredes de la cerrada.




 Algunas agarraderas metálicas nos ayudan a superar los salientes de la pared.




 A veces es más cómodo bajar al cauce del río.




 El Monachil viene menguado por causa de su aprovechamiento hidroeléctrico y la profusión de acequias de riego.




Finalmente la cerrada se abre en el paraje de Las Hazuelas; aquí encontramos la toma de la canal y un pequeño puente colgante que, optativamente, nos lleva a la orilla derecha del río y al inicio de un carril que asciende hacia la carretera de El Purche.
Nosotros seguiremos por la vertiente izquierda orográfica para llegar al puente de las Chorreras y la central eléctrica de La Vega, frente a la confluencia del barranco Seco.
Desde la central eléctrica una pista asciende a la carretera de El Purche. También sendas, algo liosas, nos llevarían hasta la central de Diéchar por ambas vertientes fluviales.
Nosotros regresaremos por la misma vereda hasta el puente de las Chorreras, donde tomaremos la senda alta que discurre por la vertiente orográfica derecha por encima de los bordes de la cerrada.



 Calizas y dolomías descompuestas.




 Puente colgante de las Hazuelas.




 Por debajo de esas peñas circula nuestra senda de regreso.




 Monteses jóvenes sorprendidas en el canchal.




 Ruinas de un molino cerca de la central eléctrica de La Vega.




 Regulando la toma de agua.




 Senda alta que nos evitará volver a pasar por la cerrada.














 Portillo natural entre las peñas.




 Calizas y dolomías descompuestas.




 Los álamos nos delatan la presencia de una acequia.




 Calizas y dolomías descompuestas.




 Contrafuertes de los Poyos de Monachil.




 Vista aérea de la cerrada de Los Cahorros. Nuestra senda pasa por debajo del cortijo.




 Calizas y dolomías descompuestas.




 Los álamos nos delatan la presencia de una acequia.




 Los álamos nos delatan la presencia de una acequia.




 Los álamos nos delatan la presencia de una acequia.




 Calizas y dolomías descompuestas.



La vereda alta por la que discurrimos nos llevaría a la era de los Renegrales, el huerto de olivos y el merendero del inicio de nuestra excursión..
Otra opción es volver por el interior de la cerrada y, tras el puente colgante, regresar por la vereda baja de Los Cahorros.



 Sombras en el puente colgante.




  Puente de acceso a la vereda baja de los Cahorros.




  Vereda baja de los Cahorros.




   Vereda baja de los Cahorros.





   Vereda baja de los Cahorros.





  Vereda baja de los Cahorros.